Las monumentales ofrendas sólo las colocan los familiares de los difuntos que perdieron la vida durante el transcurso del año.
Esto se lleva a cabo, si el difunto quiere que se le recuerde con un altar, ante ello, la familia tiene que ahorrar y adquirir los objetos para llevar a cabo la voluntad del finado.
El diseñador y constructor de ofrendas, Eugenio Reyes Eustaquio, con más de 20 años de experiencia, rechazó que la tradición de constituir los altares monumentales corra el riesgo de desaparecer a causa del paso del tiempo y las carencias económicas.
Señaló que para evitar que desaparezca la tradición, desde que la persona fallece se comienzan a realizar los preparativos.
La colocación de ofrendas en Huaquechula, es una tradición que data desde el año 1450, en ese entonces las ofrendas eran labradas y sobre estas un candil con aceite de la semilla erilla.
Las altares no solo generan la visita de cientos de turistas, sino también genera fuentes de empleo temporales, para quienes realizan las ofrendas, como los diseñadores, así como para quienes hacen pan, dulces, entre otros.
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